viernes, 9 de agosto de 2013

(4) EVOLUCIÓN DEL SISTEMA SOLAR (Teosofía).

Es interesante conocer las diferentes maneras en que el Libro de Urantia y la Teosofía tradicional han explicado lo referente a EVOLUCIÓN. He visto que los que investigan en una ciencia, por lo general, excluyen las demás, y arguyen que están conformes con las respuestas que han encontrado en su propia ciencia o filosofía..., y que solo necesitan profundizar en ello, por que investigar en más áreas sería 'diversificarse', sin profundizar...
Es respetable ese punto de vista, para quien desee profundizar en un área particular de investigación, pero quien tenga la capacidad para profundizar en más de una ciencia, área o filosofía, haciendo un trabajo inteligente de síntesis comparativa, encontrará más respuestas, más cabales y profundas, por que creo que las grandes verdades han sido diseminadas como semillas al viento... en distintas culturas y épocas, y solo el buscador abierto puede encontrarlas y reunirlas en 'su granero' para 'amasar el pan de la verdad'...

Después de todo..., el espíritu de la verdadera TEOSOFÍA, no es sectario sino integrador. Uno de los 3 objetivos de la Sociedad Teosófica mundial habla del estudio comparado de ciencias, religiones y filosofías; y también se dice que la palabra Teosofía significa Sabiduría Divina, por lo tanto, todo conocimiento que tenga que ver con la verdad de la vida, de la evolución y del ser es Teosofía. Entendido de esta manera, amplia y abarcativa, EL LIBRO DE URANTIA, como otros tantos que señalan hacia la verdad detrás del velo..., es también "Teosofía".

A continuación se ofrece una explicación más detallada del Esquema de Evolución del Sistema Solar (según el L. de Urantia, MONMATIA), y de sus planetas
.

EVOLUCIÓN CÓSMICA

(En nuestro sistema solar)

CADENAS PLANETARIAS


El plan de evolución a que nuestra Tierra perte­nece, no es el único de nuestro sistema solar, pues en este sistema existen diez separadas cadenas de globos como escenarios de análogas evoluciones. Cada uno de estos planes de evolución se desenvuelve en una cadena de globos y cada cadena pasa por siete encarnaciones en el transcurso de su evolución. El objeto de estas sucesivas encarnaciones de la cadena de globos de cada plan evolutivo es irse su­miendo gradualmente en la materia para también por grados ir ascendiendo de ella. Cada cadena consta de siete globos y tanto globos como cadenas están sujetos a la regla de descender a la materia y después ir saliendo de ella. Para mejor comprender este proceso pongamos por ejemplo la cadena a que pertenece nuestra Tierra. Actualmente se halla en su cuarta encarnación, la más material; y por lo tanto, tres de sus globos se hallan en el mundo físico, dos en el astral y dos en la parte in­ferior del mental. La oleada de vida divina pasa suce­sivamente de globo a globo de esta cadena, principiando por uno de los superiores, descendiendo gradualmente a los inferiores y ascendiendo después hasta el mismo nivel en donde principió. Designaremos convencionalmente los siete globos por las primeras letras del alfabeto y numeraremos ordinalmente las encarnaciones. Por lo tanto, como quiera que la encarnación actual de nuestra cadena es la cuarta, el primer globo de la cadena en la presente encarnación será 4A, el segundo 4B, el tercero 4C, el cuarto (nuestra Tierra) 4D, el quinto 4E, el sexto 4F y el séptimo 4G. No todos estos globos están constituidos por materia física. El 4A no contiene materia inferior a la mental y tiene su contraparte en todos los mundos su­periores al suyo, pero ni un átomo de materia inferior. El 4B es de materia astral. El 4C es de materia física visible telescópicamente, porque es el planeta Marte. El globo 4D es nuestra Tierra, donde está hoy en acción la oleada de vida. El globo 4E es el planeta Mercurio, también de materia física. El globo 4F es de materia astral, correlacionado en el arco ascendente con el globo astral 4B del arco descendente. El globo 4G es de materia mental, correlacionado en el arco ascendente con el globo 4A también de materia mental en el arco descendente. Así resulta un sistema de globos que empieza en el mundo mental, desciende al astral y al físico y as­ciende al mental a través del astral. Así como la sucesión de los globos en una cadena constituye el descenso a la materia y la ascensión desde ella, así también ocurre en las sucesivas encarnaciones de una cadena. Hemos descrito las circunstancias de la cuarta encarnación; pero echando una mirada retros­pectiva a la tercera vemos que no principió en el mundo mental, sino que los globos 3A y 3G eran de materia causal; 3B y 3F de materia mental; los 3C y 3E de ma­teria astral; y únicamente el globo 3D de materia física. Aunque la tercera encarnación de nuestra cadena hace larguísimo tiempo que pasó, todavía es visible el cadáver del que fue su planeta o globo físico 3D o sea la Luna, el actual satélite de la Tierra, por lo que a aquella tercera encarnación de nuestra, cadena, se le llama cadena lunar. La quinta encarnación de nuestra cadena, que to­davía ha de tardar incalculable tiempo, será correlativa a la tercera, con los globos 5A y 5G de materia causal; los 5B y 5F de materia mental; los 5C y 5E de materia astral; y un solo globo físico 5D que aún no existe. Las otras encarnaciones de la cadena siguen el mismo orden de descenso y ascenso. Los globos 2A y 2G y 6A y 6G están todos en el mundo intuicional; los 2B y 2F y 6B y 6F en el causal; los 2C y 2E y 6C y 6E en el mental; 2D y 6D en el astral. Análogamente IA-IG y 7A-7G pertenecen al mundo espiritual; IB-IF y 7B-7F al intuicional; IC-IE y 7C-7E al causal; ID y 7D al mental. Por lo tanto, vemos que no sólo desciende en la materia y de ella reasciende la oleada de vida al pasar de uno a otro globo, sino que lo mismo hace toda la cadena en el transcurso de sus siete sucesivas encar­naciones. En el sistema solar a que pertenecemos, hay actual­mente en trámite diez planes de evolución; pero de ellos tan sólo siete se hallan en etapa que requiera planeta físico. Las cadenas son:

 

1.      La de un planeta no descubierto todavía por los astrónomos, llamado Vulcano, muy cercano al Sol. Esta cadena se halla en la tercera encarnación.

2.      La de Venus, que está en la quinta encarna­ción y por lo tanto también tiene un solo planeta físico.

3.      La de Tierra-Marte-Mercurio que está en la cuarta encarnación y por lo mismo tiene tres planetas físicos.

4.      La de Júpiter.

5.      La de Saturno.

6.      La de Urano en su tercera encarnación.

7.      La de Neptuno y dos desconocidos planetas allende la órbita neptuniana, pues tiene tres planetas físicos por hallarse en la cuarta encarnación.

 

Suele llamarse período catenario a cada encarna­ción de una cadena y durante este período la oleada de vida pasa siete veces por los siete globos de la cadena y a cada una de dichas veces se le llama ronda. El tiempo en que la oleada de vida permanece en cada globo, se llama ciclo mundial y durante cada ciclo mun­dial se suceden siete razas raíces que según ya dijimos se subdividen en subrazas y éstas en ramales­

Para mayor claridad puntualizaremos sinóptica­mente esta clasificación:

 
7 ramales = 1 subraza.
7 subrazas = 1 raza raíz.
7 razas-raíces = 1 ciclo mundial.
7 ciclos mundiales = 1 ronda.
7 rondas = 1 ciclo catenario.
7 ciclos catenarios = plan de evolución.
10 planes de evolución. = Nuestro sistema solar.

 
Es evidente que la cuarta raza raíz del cuarto globo de la cuarta ronda del cuarto ciclo catenaria será el punto medio de un plan de evolución. Nosotros he­mos transpuesto no hace mucho este punto medio. La raza aria a que pertenecemos es la quinta raíz del cuarto globo, de modo que el punto medio de nuestro plan de evolución correspondió a la época de la cuarta raza raíz, que fue la atlante. Por lo tanto, la masa total del linaje humano está a muy poco más de mitad de ca­mino en su evolución y los pocos egos que se aproximan al adeptado, fin y corona de nuestra evolución, están muy adelantados respecto de los demás hombres. ¿Cómo adelantaron tanto? En unos casos porque trabajaron ardorosamente; pero generalmente porque son egos ya viejos e ingresaron en el reino humano en muy remota fecha y  han tenido más tiempo de adquirir experiencias en la humana evolución. Una oleada de vida procedente de la Deidad se detiene generalmente durante todo un ciclo catenario en cada uno de los reinos de la naturaleza. La oleada de vida que en nuestra primera cadena animó el primer reino elemental animó el segundo de estos reinos en la segunda cadena, el tercero en la tercera y está ahora animando en la cuarta el reino mineral. En la quinta cadena animará el reino vegetal, en la sexta el animal y en la séptima el humano. De esto se infiere que la presente humanidad cons­tituía el reino mineral en la primera cadena, el vegetal en la segunda y el animal en la tercera. Algunos que ahora son hombres se individualizaron en la tercera cadena, que fue la lunar e ingresaron en el reino humano al comienzo de la actual cadena terrestre. Otros que estaban más atrasados no se individualizaron en la tercera cadena y permanecieron todavía algún tiempo en el reino animal de la cuarta cadena antes de alcanzar la individualización. Sin embargo, no todos los individuos de la actual humanidad ingresaron conjuntamente en la cadena terrestre. Al terminar la cadena lunar, los hombres de ella se hallaban en diversas etapas de evolución. La meta señalada para dicha cadena no era el adeptado sino la que para nosotros es ahora la cuarta etapa del sendero de evolución. Quienes alcanzaron la meta o nivel señalado para la cadena lunar (llamados gene­ralmente en bibliografía teosófica Señores de la Luna) tuvieron abiertos ante sus pasos siete caminos o moda­lidades de servicio. Uno de estos caminos era el de pasar a la cadena terrestre para servir de auxilio y guía a las primeras razas humanas y lo siguieron algunos de aquellos Señores. La mayoría de los hombres lunares no habían alcanzado aún la señalada meta al término de la cadena lunar y por consiguiente reaparecieron también como hombres en la cadena terrestre. Además, una gran cantidad de animales lunares estaban cercanos a la individualización. Algunos ya la han logrado, mientras que otros todavía no; y como éstos necesitan nuevas encarnaciones en el reino animal de la cadena terrestre, prescindiremos de ellos en nues­tra consideración sobre este asunto. Había muchas clases de hombres lunares y por ello conviene explicar su distribución en la cadena terrestre. Por regla general, quienes han alcanzado el más alto nivel posible en una cadena, un globo o una raza raíz, no renacen en los comienzos de la siguiente cadena, globo o raza. Las primeras etapas se destinan siempre para las entidades atrasadas y hasta que éstas se apro­ximan al nivel de las más adelantadas no reencarnan estas otras para seguir unidas con aquéllas, pues de lo contrario fuera muy señalado el desnivel. Es decir, que casi la primera mitad de todo ciclo de evolución, sea de raza, globo o cadena, está destinada al progreso de las entidades atrasadas, hasta que alcan­cen el nivel de las adelantadas y entonces, éstas reen­carnan para proseguir junto con aquéllas hacia el tér­mino de la evolución, habiendo estado entretanto des­cansando gozosamente en el mundo mental. Así es que los primeros egos que procedentes de la cadena lunar entraron en la terrestre no fueron cierta­mente los más adelantados, sino los más atrasados de cuantos habían logrado la individualización. Eran hom­bres con todavía mucho de animalidad. Como quiera que entraban en una cadena de glo­bos recién plasmados, habían de establecer las formas en todos los reinos de la naturaleza. Es necesario efec­tuar esta labor al principio y nunca después de la pri­mera ronda de una nueva cadena, porque aunque la oleada de vida se concentra cada vez en un globo de los siete de la cadena, no desaparece totalmente la vida de los otros seis globos. Por ejemplo, en el momento actual la oleada de vida de nuestra cadena está concentrada en la Tierra, pero también hay vida en Marte y Mercurio, los otros dos globos físicos de la cadena. Todavía hay en ellos seres humanos, animales y vegetales, por lo que cuando la oleada de vida pase a uno de ambos, no habrá nece­sidad de crear nuevas formas, pues ya están allí los viejos tipos que se revivificarán con pasmosa fecundidad, multiplicándose rápidamente los diversos reinos. Así pues la ínfima clase de hombres lunares, los animálicos, establecieron las formas en la primera ronda de la cadena terrestre. Inmediatamente después llega­ron los superiores animales lunares dispuestos a ocupar las formas recién construidas. En la segunda ronda de la cadena terrestre, los hombres animálicos de la lunar que habían sido allí los más atrasados, fueron los de­lanteros de la tercera humanidad, al paso que los za­gueros eran los que habían sido animales superiores y estaban cercanos a la individualización en la cadena lunar. En la tercera ronda de la terrestre ingresaron en el reino humano muchos más animales lunares, hasta que en el promedio de la tercera ronda, al llegar la oleada de vida al globo D o sea a nuestra Tierra, reen­carnaron los hombres lunares del orden inmediato su­perior, el segundo orden y asumieron con la dignidad de reyes divinos la dirección de la humanidad. En la cuarta ronda, o sea la actual, vinieron a la Tierra los hombres lunares del primer orden, los que estaban muy cerca de la meta. Algunos de ellos habían entrado ya en el sendero durante su estancia en la Luna y no tardaron en lograr el Adeptado y pasaron más allá de la Tierra. Otros, no tan adelantados, lo alcanzaron posteriormente, esto es, hace unos cuantos millares de años y son los adeptos de hoy día. Los hombres que ac­tualmente pertenecen a las subrazas superiores de la humanidad estaban varias etapas tras ellos, aunque tienen la posibilidad de seguir sus huellas con sólo quererlo. La evolución a que nos referimos es la del ego o alma humana; pero también se ha de considerar la evolución del cuerpo. Las formas construidas en la primera ronda eran muy diferentes de cuantas hoy conocemos. En rigor apenas pueden llamarse formas las plasmadas en el mundo terreno, porque eran de materia etérea, semejantes a vagas, flotantes y amorfas nubes. En la se­gunda ronda fueron ya concretamente físicas, aunque todavía amorfas y lo bastante tenues para flotar a merced del viento. Hasta la tercera ronda no empezaron a tener las formas algún parecido con las astrales y los procedi­mientos de su reproducción en aquellas primeras etapas eran muy distintos del hoy vigente en la especie hu­mana y análogo al que hoy se observa en los hongos, algas y otras formas inferiores de vida. A la sazón era andrógino el hombre y la separa­ción de sexos no sobrevino hasta el promedio de la tercera ronda. De entonces acá ha ido evolucionando rápidamente la forma humana en más definidas líneas, aumentando en compacticidad al par que disminuía la estatura y logrando mantenerse en posición bípeda en vez de ir agachado o a rastras, en distinción de las de­más formas animales de que por ley del transformismo había evolucionado la humana. Merece mencionarse una extraña discontinuidad­ en el proceso de la evolución de la forma. En la cuarta ronda hubo en la Tierra un desvío de la recta marcha evolutiva. Como quiera que la Tierra es el globo intermedio y también es intermedia la cuarta ronda, seña­laban ambas él punto medio de la evolución y el último instante del período durante el cual habían podido in­dividualizarse los animales de la cadena lunar. En con­secuencia se dispuso lo conveniente para proporcionar coyuntura de individualización al mayor número posi­ble de dichos animales y al efecto se reprodujeron las condiciones de las primera y segunda rondas en vez de las condiciones de las primera y segunda razas, porque en tiempo oportuno no estaban aquellas atrasadas entidades en disposición de aprovecharse de las condiciones de las primera y segunda rondas con cumplida eficacia. Pero con lo que habían adelantado durante la ter­cera ronda ya estaban algunos a punto de aprovecharse de dichas condiciones y por lo tanto quisieron individualizarse antes de que se cerrase la puerta del reino humano. Desde luego que no alcanzarán muy alto nivel de evolución humana, pero al menos cuando ingresen en el reino humano de la próxima cadena les será muy ventajoso el haber tenido esta ligera experiencia de la humana vida. La evolución terrestre recibió muy poderoso estí­mulo del eficaz auxilio prestado por el planeta hermano Venus, que está ahora en la quinta encarnación de su cadena y en la séptima ronda de tal encarna­ción de modo que sus habitantes se hallan vez y media más adelantados que los terrícolas en su evolución. Por lo tanto, fue excelente idea que por estar ellos mucho más evolucionados se trasladaran a la Tierra algu­nos adeptos de la venusta evolución, con objeto de auxiliar a la humanidad terrestre en aquellos momen­tos críticos del progreso de la cuarta raza raíz, cuando se iban a cerrar las puertas del reino humano. A estos augustos Seres se les ha denominado Señores de la Llama e Hijos de la Ígnea Niebla y contribuyeron maravillosamente a la evolución terrestre. La inteligencia de que tanto nos engreímos la debemos casi del todo a su presencia, porque en el natural curso de los sucesos, la próxima quinta ronda había de pre­sidir el desenvolvimiento de la inteligencia, mientras que en la cuarta ronda actual nos correspondía tan sólo cultivar las emociones. Por consiguiente, hemos ade­lantado muchísimo en el programa que se nos tenía se­ñalado y este adelanto provino enteramente del auxilio concedido por los grandes Señores de la Llama. La Mayoría de ellos sólo estuvieron con nosotros durante aquel crítico período de nuestra evolución; unos cuantos permanecen todavía para desempeñar los altos cargos de la Fraternidad Blanca, hasta que haya hombres de nuestro ciclo de evolución capaces de re­levar en sus funciones a los augustos visitantes. La evolución que nos aguarda atañe igualmente a la vida y a la forma, porque en las futuras rondas, al paso que los egos crezcan en poder; sabiduría y amor, serán de cada vez más bellas sus formas físicas. En el mundo terrestre hay actualmente hombres de muy diversa evolución y entre ellos muchos salvajes tan atrasados respecto de los pueblos cultos que es de todo punto imposible que alcancen su nivel. Posterior­mente, llegaremos en el transcurso de nuestra evolu­ción a un punto en que ya no podrán convivir los za­gueros con los delanteros y será necesario le separación. Este procedimiento es exactamente análogo al que emplea un catedrático con sus alumnos. Durante el curso académico los ha preparado a todos para el exa­men de prueba y a mediados de curso ya conjetura quiénes saldrán airosos y si hubiere algunos que de ningún modo pudiesen arrostrar el examen, haría bien en decirles a medio curso: "Es completamente inútil que prosigáis con vues­tros condiscípulos, porque no entenderíais las cada vez más difíciles restantes lecciones del programa y os será imposible, en el tiempo que falta, poneros en condicio­nes de vencer en el examen. Así es que serían vanos vuestros esfuerzos y estorbaríais a los demás alumnos de la clase. Por lo tanto, os valdrá mucho más desistir de esforzaros contra lo imposible y repetir el curso an­terior que no aprendisteis debidamente, para presen­taros el año que viene a este examen, pues entonces os será fácil lo que ahora imposible". Esto mismo se les dirá a los egos muy atrasados en una futura etapa de nuestra evolución. Quedarán eliminados del aula en aquel curso académico para repetir la asignatura en el siguiente. Tal es la "eterna condenación" a que ha poco nos referíamos. Se calcula que las dos quintas partes de la humanidad quedarán eliminadas de la actual evolución y las otras tres quin­tas partes proseguirán con mayor rapidez hacia su glo­rioso destino.


(Capítulo nº 9 de: “Un Libro de Texto de Teosofía”, de Leadbeather)

 
 
 
       
 



  1. El esquema presentado (dibujo de la “cadena” y los “globos”) es un intento gráfico de explicar un conocimiento de naturaleza abstracta (esotérico) que involucra varias dimensiones o planos; por lo tanto, un gráfico en 2 dimensiones (largo y ancho) es insuficiente. Solo es un puntapié inicial, un dedo señalador… La mente debe ir más allá para interpretar el enorme proceso evolutivo cósmico. (La imagen de una espiral descendente y ascendente puede ayudar).
  2. Recordar que todos los planos o mundos citados, desde el espiritual al físico, forman parte tan solo del PLANO FÍSICO CÓSMICO.
  3. Cada planeta del Sistema solar es el “Cuerpo” de manifestación (ó encarnación) de un gran ser llamado Logos Planetario u Hombre Celestial, que tiene su propio ESQUEMA evolutivo dentro del Sistema (solar).
  4. A su vez, cada uno de los planetas, es un centro energético (Chakra) de Aquel Gran Ser cuyo Cuerpo es el Sistema solar completo.
  5. Cada uno de los Logos Planetarios en nuestro Sistema solar está en una etapa evolutiva diferente. Por ejemplo, nuestro Logos Planetario está en la Cadena en su 4º encarnación, en el 4º Globo de dicha encarnación, y en la 5º Raza Raíz (aria) de ese Globo.

 

Más información esotérica al respecto se puede encontrar el libro:

“Tratado sobre Fuego Cósmico”, de Alice A. Bailey.

miércoles, 31 de julio de 2013

(3) JERARQUÍAS Y HERMANDADES


                Según la fuente de instrucción y enseñanza, las Jerarquías espirituales que gobiernan y llevan adelante la Evolución universal, adquieren distintos nombres. Todas las escuelas de enseñanza poseen “categorías” jerárquicas para nombrar a esos “seres” que son los mentores, rectores, guardianes, instructores e impulsores de la Vida evolutiva.

 En la tradición cristiana se habla de categorías de Ángeles (ángeles, arcángeles, potestades, querubines, serafines, etc.) para expresar el nivel de jerarquías según el tipo y abarcatividad de la función de esos seres. Algunos escritores empiezan a relacionar a los antiguos “ángeles” de la tradición religiosa judeocristiana, con los “extraterrestres”. Veamos…

La palabra ángel significa “mensajero” (del griego arch: principal, primordial, y "angelos": mensajero), es decir un puente o corresponsal vital entre Dios y el hombre… Para los modernos investigadores del tema extraterrestre vinculados a la espiritualidad, existen los extraterrestres confederados, es decir, crísticos, y los extraterrestres no confederados, es decir los que no actúan bajo la regencia del Cristo. Los extraterrestres de la Confederación Crística universal son ayudantes y “mensajeros”, por que se encargan de ayudar al Cristo Universal en su labor, y a transmitir Su Voluntad y Propósito para que se cumpla en Plan Divino. Por lo tanto, tomando en cuenta el significado de la palabra, estos “EXTRATERRESTRES CONFEDERADOS” serían “ÁNGELES”, por ser “mensajeros”…

Sin embargo, la palabra extraterrestre, que significa “externo a la Tierra” puede no ser la palabra más ajustada como sinónimo de ángel. Existe otra palabra que se ha estado empleando entre los investigadores: “ULTRATERRESTRE”. Esta palabra significa un ser que existe en dimensiones más elevadas o sutiles que la material y física de 3D. Un ser “mensajero” de la Voluntad Crística que está en 5° dimensión, por ejemplo, o en una dimensión más elevada, sería un “ultraterrestre”, por que está más allá de la dimensión física terrenal. En cambio un ser que exista con un cuerpo denso de 3° dimensión pero que provenga desde más allá del planeta Tierra, sería un “extraterrestre”, pero no un “ultraterrestre”. No obstante, ambos pueden cumplir con la función de “mensajeros” de Dios, lo cual los colocaría dentro del significado de lo que es ser un “ángel”.

Por lo tanto, las Jerarquías angélicas como de llaman en la cristiandad, o "Espíritus Ministrantes” como suelen llamarse en el Libro de Urantia serían extraterrestres y ultraterrestres de la Confederación Crística Universal.

Ahora bien, las Jerarquías espirituales no todas son angélicas o seráficas; ya que esta orden de seres, “mensajeros” y ayudantes del Soberano Micael (como se llama al Cristo Universal en el Libro de Urantia), son tan solo un ramal de seres, dedicados al servicio de la evolución universal. Estos seres conforman “la Fuerza” creadora del Espíritu Divino o Espíritu Santo. (En Teosofía la palabra “DEVA” que significa "resplandeciente", Dios, se emplea para designar a ciertos seres celestiales que ayudan a la evolución de los reinos de vida en todos los planos. Estos Devas son “ángeles de la naturaleza”. Los Devas son en India lo que los ángeles y arcángeles para los cristianos).

El Reino Angélico es, por lo tanto, la fuerza del Espíritu Santo, es decir, constituyen la Fuerza de las Leyes Naturales y son su impulso. Este Reino, el Angélico, pertenece a la familia de filiación divina, es decir, que son seres emanados por la Divinidad para hacer el Bien y hacer cumplir El Propósito. A muchos de estos seres el Libro de Urantia les llama “Portadores de Vida”, por que son quienes transmiten el Aliento de Vida a las diferentes formas vivientes. Otros autores los han llamado “Jardineros del Espacio”, “Genetistas Cósmicos”, “Jerarquías Creadoras”, “Fuegos”,  etc. Son de variadas categorías y niveles de creación, estando los que se dedican a la creación de las formas materiales, y los que se ocupan de los aspectos suprafísicos de la creación (región de la mente y el alma). A todos, en general, les podríamos llamar “extra y ultraterrestres”, en términos modernos, como ya hemos visto.

Pero además existen otras Jerarquías de seres que también son emanaciones (o bien, filiaciones) del mismo Cristo Universal, Micael. Este SER, es el Soberano del Universo Local (Nebadón). Micael es el Soberano de Nebadón; y para regir, crear, gobernar e impulsar los procesos evolutivos, “SE DESDOBLA A SÍ MISMO” creando en descenso dimensional más entidades o seres capaces de hacer su Voluntad. Es así como surgen distintas entidades organizativas, ministeriales y magisteriales en el Universo Local, teniendo esas jerarquías diversos nombres, pero siendo todas, en realidad, emanaciones del mismo Cristo Universal Radiante.

MAITREYA, por ejemplo, nombre muy empleado en distintos grupos espirituales en la Tierra, es una emanación directa de Micael, el Cristo Universal. La primera emanación de Micael, en descenso vibracional, es el ‘Padre Melquizedek’ (término del Libro de Urantia); pero este nuevo ser es en realidad el mismo Micael ‘descendido’ desde su región más elevada en vibración. Desde este “escalón” de descenso divino que da origen al ‘Melquizedek Padre’, Micael se autogenera una vez más en descenso, creando nuevos “Melquizedek”, siendo estos, “Cristos menores”. No me canso de decir, que estos Cristos menores no son ni más ni menos que el mismo Soberano máximo Micael, en continuo descenso vibracional, para poder así llevar sus Planes a los mundos inferiores.

El Melquizedek Padre y los “Melquizedek” menores son instructores, observadores y planificadores de la evolución. Su principal área es la INSTRUCCIÓN universal. (Por eso a Maitreya se le ha llamado, el Gran Instructor mundial).

La 1° autoemanación de Micael es la orden filial de los Melquizedek, como se vio.

Existen otras líneas de “descenso divino” del Cristo Universal, es decir, otras “oleadas filiales” de Su Presencia. El Libro de Urantia da nombres a esas emanaciones, y aunque aquí no nos interesan los nombres sino las esencias de este conocimiento, no vamos a especificar demasiado en ello, pero daremos algunas pautas.

Por ejemplo; Micael, el Soberano del Universo Local, necesita extenderse hasta los cientos de constelaciones de su Universo para vitalizarlas con Su Presencia, establecer su Gobierno en tales constelaciones e impulsar los procesos evolutivos; y para esto crea de sí mismo extensiones de su energía utilizando la Matriz de la “Madre-Materia”. Es decir que se autoorigina en “seres” que llamaremos “Vorondadek”. Esos seres serán los soberanos y gobernantes de las Constelaciones del Universo Local. Pero solo con esto no alcanza para llevar adelante sus planes, así que emana una nueva orden filial de Sí Mismo, los “Lanonandek”, que ocupan diferentes cargos dentro de cada constelación; pueden ser Logos Planetarios (Príncipes Planetarios, como les dice el Libro de Urantia),y Regentes se Sistemas… Por ejemplo el Logos Solar sería un Lanonandek (también llamados KUMARAS, en terminología teosófica) que se ocupa de gobernar a Monmatia (el Sistema Solar). Otros Lanonandek menores pueden tener otras asignaciones más cercanas a los hombres ascendentes, colaborando con la Raza, y a veces hasta encarnando como humanos para cumplir dicha labor.

Tenemos hasta aquí, las Jerarquías espirituales emanadas de una única Presencia Universal, el Cristo, Micael de Nebadón. El Gran Soberano del Universo Local autogenera todo lo necesario para la plasmación del Plan Divino; creando así el departamento de Instrucción (Melquizedeks), el departamento de gobierno y administración (Vorondadeks y Lanondadeks) y el área de creación de la de vida en los sistemas y planetas (Las Jerarquías Creadoras o Portadores de Vida). Todos estos seres son emanaciones del espíritu-voluntad y conciencia de un Gran Ser, Micael. Este ser es un enviado directo de la Fuente Central del Paraíso Divino, Fuente y Centro de Todo. Por eso se dice que Micael es un Hijo Paradisíaco, rigiendo ahora el Universo Local de Nebadón. Si bien Micael es un HIJO considerado desde un ángulo de visión macrocósmico, a la vez Micael es PADRE de todo lo que de Él ha sido emanado en dirección descendente vibracionalmente ; por lo tanto es el Padre de nuestro Universo Local y de todas las Jerarquías que de Él emanaron.

Además de todas estas jerarquías que son producto del descenso voluntario del Cristo Universal a los mundos intermedios e inferiores; existen otros seres que forman parte de la Jerarquía espiritual, generados como producto del ascenso evolutivo de mortales evolucionarios ascendentes. Veamos.

Cuando algunas almas ya maduras, alcanzan su eternización, superando el peligro de la muerte segunda (muerte del alma), y subiendo los escalones iniciáticos hasta alcanzar el inegoismo y cierta sabiduría, esas almas iluminadas pueden comenzar a formar parte de la JERARQUIA ESPIRITUAL de un planeta o de un Sistema. Tal es el caso de los llamados “Adeptos” (en Teosofía) o Maestros de Amor-Sabiduría (en metafísica cristiana). Estos seres fueron hombres, mortales ascendentes que alcanzaron la Liberación de la ignorancia y se volvieron agentes útiles del Plan Divino. Entonces, pasaron a formar parte de ciertos departamentos y áreas en la Jerarquía Planetaria que anteriormente eran ocupados solamente por seres descendentes. Los Adeptos adelantados pueden optar por diversas vías de servicio al Plan evolutivo. Cuando el área elegida es la Instrucción se les llama Maestros, y trabajan en relación con la humanidad para ofrecer la Instrucción necesaria para el avance de las almas ascendentes; pero pueden optar por otras vías, como el servicio Dévico, que es el área que se dedica a servir a los diferentes reinos de la Naturaleza; pueden elegir también la carrera para llegar a ser Logos Planetario o Logos Solar..., etc. (Algunos autores de teosofía, como Alice Bailey, han especificado este tema).

Según lo dicho, se podrá ver que "los Maestros", a los cuales tanto se refiere la Teosofía (por ser los que inspiraron la creación de la Sociedad Teosófica para la difusión de dichas enseñanzas) conforman la Jerarquía Planetaria en Urantia (la Tierra) junto a seres de filiación divina directa, como son los Melquizedek, los Lanonandek, etc., y también existen ayudantes que provienen desde más allá del Universo Local...

En unión y hermandad todos estos seres, tanto los ‘descendentes’ como los evolucionarios ‘ascendentes’, confunden sus auras y unen sus voluntades para servir a la evolución; y todos sirven al Cristo Universal: Micael…, o Maitreya, como se lo conoce en más círculos esotéricos.

Es por este motivo, que no debería sorprender ya más, o producir desconcierto o rechazo, a los investigadores y estudiantes, el ver a los ‘extraterrestres’ y al tema OVNI relacionados al Cristo y a la espiritualidad, ya que como hemos visto, muchos de ellos son Portadores de Vida al servicio del Plan Divino. Y los que no…, son hermanos del espacio descarriados que siguen objetivos propios, no al Cristo. Pero este, ya es otro tema…

 

(2) ESQUEMA COSMICO UNIVERSAL


                Veamos una síntesis del Esquema que presenta el Libro de Urantia sobre la Anatomía del Gran Universo. Esto es necesario para comprender mejor los escritos siguientes.

                El Libro de Urantia nos habla del GRAN UNIVERSO, llamando de esta manera al TODO, es decir, a Toda la Gran Creación absoluta. Este “Gran Universo” tiene un centro, que es la Fuente Eterna del Paraíso (recordemos que este es solo un resumen). En derredor de este Centro Divino giran 7 superuniversos. Cada superuniverso está compuesto por sectores mayores, que a su vez se subdividen en sectores menores; y dentro de cada uno de esos sectores menores existen los “Universos Locales”.

                “NEBADÓN” sería el nombre de nuestro Universo Local.

                El Libro de Urantia dice que cada universo local está constituido por alrededor de 100 constelaciones (aunque esos números son simbólicos, no exactos). Lo cierto es que no se habla en este Libro de “galaxias”, lo cual dificulta la comprensión real, ya que sabemos, por la ciencia, de la existencia de las galaxias, siendo nuestra galaxia la “Vía Láctea” compuesta por alrededor de cuatrocientas mil millones de estrellas, de las cuales nuestro “sol” es tan solo una de ellas…

                La ciencia también ha descubierto que las galaxias se reúnen en grandes ‘grupos de galaxias’ que giran en torno a un centro; estos grupos son llamados “cúmulos de galaxias”. Y también hay supercúmulos de galaxias…

                Por lo tanto, podríamos decir, uniendo lo que nos dice el Libro de Urantia y la ciencia, que Nebadón, nuestro Universo Local, está formado por cientos, o tal vez miles, de “galaxias” que giran en derredor de un centro universal. (Las constelaciones forman parte de las galaxias…)

                Existe una Presencia Espiritual en el centro de cada Universo local que es enviada por el Padre del Todo desde el Centro Paradisíaco del Gran Universo. Esos espíritus son llamados (en el Libro de Urantia) Micaels.

El Libro de Urantia nos habla del Esquema Universal, mientras que la Teosofía tradicional (Doctrina Secreta) tan solo nos habla del Sistema Solar, un grano de arena en la enorme playa…, (pero nos da algunas claves más específicas al respecto). La Doctrina Secreta detalla más el aspecto esotérico de la creación y la evolución del Sistema Solar y de todo lo que en él vive.

                En el L. de Urantia el Sistema Solar es llamado MONMATIA.



Se aclara que la utilización en los blogs de esta Escuela Interna de ciertos conceptos y palabras que se encuentran en 'El Libro de Urantia' no implica la total adhesión de esta Escuela a dicho libro.
Esta Escuela Interior promueve la libre investigación, ese es el espíritu que mueve nuestra labor de difusión.





domingo, 28 de julio de 2013

(1) El Espíritu en el Hombre


LIBRO DE URANTIA Y TEOSOFÍA

Estudios comparados

El Espíritu del hombre

La palabra “espíritu” ha sido empleada por distintos escritores con significados diversos, lo cual ha producido confusión conceptual en los estudiantes.

Corrientemente se la hace sinónimo de “alma”, lo cual no es correcto, si hemos de ‘hilar fino’. También el vulgo le llama “espíritus” a los espectros de los muertos, siendo esto igualmente incorrecto, ya que esos son tan solo “cascarones” o “sombras” de las almas desencarnadas, o bien como se les llama popularmente “fantasmas”, pero nunca “Espíritus”, si hemos de emplear bien la palabra…

En las enseñanzas teosóficas, la palabra “Espíritu” se aplica únicamente a lo que pertenece directamente a la Conciencia universal, y que es su emanación homogénea y pura.

El Espíritu no es una “entidad” en el sentido de tener forma, (es amorfo, sin forma)

El Espíritu es informe e inmaterial, y cuando está individualizado, es de la más elevada sustancia espiritual. Es esencia divina.

                                                                              (Párrafos del Glosario Teosófico.- Blavatsky)


El ESPÍRITU es, en síntesis, una Presencia Misteriosa, Universal,  de todo lo que existe.
Es la Divinidad eterna y absoluta inherente a todo.


En Teosofía, “Atman” (sánscrito) es el Espíritu universal puro, y también es el 7° Principio en la constitución septenaria del hombre. Es decir que, en el hombre, su principio constitutivo más elevado es Atman, Espíritu. El siguiente principio, el 6°, es Buddhi, (emanación y vehículo de Atman).

La Mónada, palabra del griego, ‘monas’: unidad, es otro nombre que suele emplearse en Teosofía para referirse al Espíritu.

La palabra MÓNADA es el Espíritu Uno, indiviso; pero se la emplea también de diferentes maneras. Veamos:

La Mónada Universal es el Logos, del cual emanan a modo de Chispas o Rayos, las mónadas vírgenes o ‘fragmentos’ de esa Divinidad universal, que irán a evolucionar a través de las formas mineral, vegetal, animal y humana. Todas esos "fragmentos" de la Gran Mónada Divina Universal están indivisiblemente unidos a la Fuente que les dio origen; por eso esas "chispas divinas" también pueden ser llamadas "mónadas", por que todas forman parte de la Gran Divinidad: 'UNIDAD'.

El objetivo de la emanación divina de esos “fragmentos espirituales”
es la generación de CONCIENCIA a través de la evolución temporal-espacial.


Como se dijo, la palabra mónada se utiliza de diferentes maneras. Por este motivo en Teosofía se habla de mónada mineral, mónada vegetal, mónada animal y mónada humana para referirse a las “Chispas del Espíritu universal” que animan tales reinos durante el progreso evolutivo. Pero no hay que olvidar que todas las mónadas son fragmentos indivisibles de una única Divinidad Universal; de allí el término: “MÓNADA”: UNIDAD.

En esoterismo también se emplea la palabra mónada para referirse al aspecto trino del Espíritu, o Tríada unificada: “Átma – Buddhi – Manas. A esta trinidad se le llama “Mónada humana”, mientras que a ‘Atma’ solo, o a ‘Atma-Buddhi  se le llama “Mónada Divina” (sin manas, por que manas no es necesariamente inmortal, dependiendo esto del logro de la evolución, mientras que Atma y Buddhi, sí son inmortales).

En realidad el Espíritu o Mónada es Uno, pero emana de sí mismo esos otros aspectos, lo cual convierte al UNO en TRES. Este es el misterio de la Trinidad cristiana, o Trimurti de los Indos.

Las mónadas son, pues, rayos espirituales de la Divinidad Absoluta, que se proyectan y conectan a los reinos inferiores de la mente y de la materia para iniciar e impulsar los procesos evolucionarios, que con el tiempo, darán como fruto: CONCIENCIA.

La evolución de la Conciencia es sinónimo de evolución del alma.

Obsérvese que el Espíritu es la energía suprema de la voluntad divina impulsando la evolución del alma o conciencia; por lo tanto de esto se deduce que alma y Espíritu pertenecen a regiones o planos diferentes. El Espíritu es el principio más elevado en el hombre, el alma es su aspecto evolucionario intermedio, mientras que la personalidad es el aspecto material o más ‘bajo’ del hombre. En esoterismo se suele decir que el alma es un “reflejo” de la Mónada, y que la personalidad es un “reflejo” del alma.

Aclaramos entonces, todo lo que existe en el reino de las formas, no es Espíritu, siendo éste más bien, la Presencia Misteriosa y eterna que anima dichas formas.

Veamos ahora qué nos dice ‘El Libro de Urantia’ acerca de “El Espíritu en el hombre” observando coincidencias y concordancias, así como algunas diferencias, con lo que nos dicen los conceptos teosóficos blavatskianos que ya hemos visto básicamente.

El ‘Libro de Urantia’ nos dice que el hombre posee un “AJUSTADOR DEL PENSAMIENTO”, al cual también llama “Monitor Misterioso” o “Monitor Divino”, que es un fragmento del “Padre o Divinidad” en el hombre.

Según este libro, el Ajustador del Pensamiento es un Espíritu, un Espíritu puro, emanado del Absoluto. Los ajustadores son “energía”; energía de la orden más elevada y divina… Son de la esencia de la Deidad original… El Ajustador es DIOS EN EL HOMBRE; es la Divinidad en el hombre. Los Ajustadores o Monitores Misteriosos son el impulso incesante que conducen al hombre a la evolución.

El Ajustador del Pensamiento no intenta jamás controlar la mente del hombre, sino que lo impulsa e influye con su Presencia silenciosa hacia la espiritualización del pensamiento. El Ajustador influye en la elevación de la mente y el desarrollo del alma (por lo tanto está por encima de la mente y del alma).

En síntesis:
El Ajustador o Monitor Divino es el Espíritu en el hombre; es más bien, un rayo del Espíritu universal animando e impulsando la evolución de la conciencia en la forma hombre.

Si observamos, veremos que lo que el Libro de Urantia llama Ajustador del Pensamiento, es lo que la Teosofía tradicional llama Atman o Mónada humana.

Aclaración: El Ajustador  no es cualquier mónada, sino solo las mónadas que han superado la evolución del alma grupo (mineral, vegetal y animal) y han entrado en la evolución del alma humana individual; es decir las “mónadas humanas”.

La palabra “Ajustador” es interesante, ya que así como Atman significa Espíritu puro, expresando la Voluntad y Propósito del Logos, el “Ajustador” es el que va “ajustando” la voluntad del hombre a la Voluntad del Logos Divino. Son claramente significados sinónimos y análogos.

Al final de la página n° 1218, el Libro de Urantia dice:

“La fusión (del ser humano) con el Ajustador señala el hecho de que el mortal ascendente ha elegido perdurablemente, y sin ninguna reserva, hacer la voluntad del Padre”.

Este “Padre” es la Mónada o Atman en el hombre, ‘Su Padre’ en los Cielos de su misma naturaleza divina. Este ‘Padre’ es el Yo Espiritual del mismo hombre. El Padre es también el Logos, del cual emanan esas mónadas, como rayos, de su propio Ser.


¿Por qué el ‘Libro de Urantia’ llama también “Monitor Misterioso” al Ajustador Divino…?

Esto es interesante… Un monitor es un fiel reproductor de imágenes, ¿no es así…? Una señal televisiva transmitida desde una central o canal, es fielmente recibida por los monitores conectados a dicha señal… Eso mismo, análogamente, es lo que ocurre con las mónadas humanas… El centro de transmisión es el Logos Divino, el cual transmite de continuo su Propósito y Voluntad. Todas las mónadas individualizadas, emanadas de su propio Ser, reciben esa señal continua como “monitores” fieles, y retransmiten esa señal (como ‘Ajustadores’) en dirección descendente hacia alma humana, en forma de impulsos sutiles constantes.

El ser humano recibe esas señales espirituales, aunque la mayoría de las veces esas frecuencias se pierden, por ser más fuertes las frecuencias de la mente material del hombre.

Es decir que, si bien el Libro de Urantia coloca como sinónimos a: “Ajustador del Pensamiento” y  Monitor Misterioso”, ambos conceptos se refieren a aspectos sutilmente distintos de la misma cosa. El “Monitor Divino” es la Mónada en su aspecto de receptor de la Voluntad Divina Absoluta, Logoica; mientras que el “Ajustador del Pensamiento” es en realidad la misma Mónada pero en su aspecto transmisor en dirección de conexión y ajuste de la mente del ser humano.

Repetimos y señalamos que ese “ajuste” no exige ni obliga a nada al hombre, sino que es un ajuste sutil, espiritual; un impulso invisible y siempre presente, al cual en algún momento de su evolución el hombre ha de escuchar, siguiéndolo por voluntad y decisión propia.


Ahora bien: ¿Por qué en ‘El L. de Urantia’ se llama a ese Monitor, “Misterioso”…?

Donde reside el “misterio”…?

El mismo libro de Urantia dice en varias oportunidades que muchas cosas referentes a los Ajustadores no se conocen, que son un misterio, aún para quienes transmiten esas enseñanzas… Pero el nombre “Monitor Misterioso” se puede referir a que el hombre jamás puede ver a ese Monitor, por que el Ajustador está más allá de su propia mente y sentidos… El Monitor Divino está más allá…, fuera del alcance de la percepción y mente humana, por lo tanto, si bien es una realidad espiritual en el hombre, es “un misterio” para el mismo hombre.

Para el hombre su Espíritu es como un gran “TESTIGO” silencioso, oculto, al cual no puede ver, pero el Testigo sí puede ‘verlo’ a él… Solo cuando el hombre se fusiona con su Mónada, es decir, con su Ajustador, puede convertirse en “Aquello”; pero para que esto llegue, un largo sendero de purificación y evolución del alma debe atravesar, en el tiempo.


Clasificaciones de los Monitores Divinos

El Libro de Urantia dice que existen categorías diversas de “Ajustadores del Pensamiento”, y da una clasificación de 7 tipos, pero aclarando que las clasificaciones de los Ajustadores pueden ser de diferentes maneras…

No enunciaremos aquí esos 7 tipos, por que no nos interesan tanto las clasificaciones, sino las esencias del conocimiento. Entre las clasificaciones, se habla de “Ajustadores vírgenes”, inexpertos, por estar vinculados en conexión álmica por primera vez a mortales ascendentes; es decir que esos Ajustadores serían ‘Espíritus Vírgenes’ por tener el primer encargo inicial para iluminar las mentes de candidatos evolucionarios. Se habla también de “Ajustadores avanzados y/o supremos” los cuales ya han tenido diversas experiencias como Ajustadores anteriormente. Considero que esos 2 tipos de Monitores Divinos son las 2 grandes categorías, en general.
Un tercer tipo de Ajustador Divino son los "Ajustadores fusionados", que son Ajustadores avanzados, es decir "Espíritus descendentes" conscientes y con experiencia, que se conectan a almas humanas evolucionarias ascendentes y jamás las abandonan; es decir que acompañan a esas almas en todo el recorrido evolutivo de su viaje al Paraíso Divino.


Inspiraciones y revelaciones propias

Los Ajustadores o Monitores Divinos son “seres”, son ‘rayos espirituales’ con diferentes grados de conciencia. En Urantia (La Tierra) existen seres humanos a los cuales podría llamárseles mortales evolucionarios ascendentes, por poseer Ajustadores Virginales, que por vez primera están en actividad de servicio evolucionario. A esos seres les podríamos llamar “ESPÍRITUS ASCENDENTES”. Estos Ajustadores Divinos, o Mónadas provienen de la emanación de Monmatia (sistema solar). O sea que el Padre de esas Mónadas es el Sol de este Sistema.

Existe otro gran grupo, pero que puede contener en sí mismo muchas sub-categorías, que podríamos llamarles “ESPÍRITUS DESCENDENTES”, por que son mónadas conscientes y experimentadas que provienen desde más allá del Sistema Solar. Llegan a las bajas dimensiones del planeta Tierra “descendiendo” desde muy elevadas regiones. Lo hacen con un propósito doble:

1-      Servir al Sistema y Planeta al cual arriban.
2-      Incorporar mayor experiencia.

En la Tierra la humanidad está “enalmada” por distintos Ajustadores del Pensamiento.
Todos los Ajustadores son de esencia divina pura, pero su origen espacial y dimensional, como hemos visto, puede ser diverso.

Este es un misterio, que poco a poco se irá develando, a medida que la consciencia humana progrese y se vuelva capaz de comprender…